La fuerza del Santo Rosario


A lo largo de la historia se ha visto como el rezo del Santo Rosario pone al demonio fuera de la ruta del hombre y de la Iglesia. Llena de bendiciones a quienes lo rezan con devoción. Nuestra Madre del Cielo ha seguido promoviéndolo, principalmente en sus apariciones a los pastorcillos de Fátima.

El Rosario es una verdadera fuente de gracias. María es medianera de las gracias de Dios. Dios ha querido que muchas gracias nos lleguen por su conducto, ya que fue por ella que nos llegó la salvación.

Todo cristiano puede rezar el Rosario. Es una oración muy completa, ya que requiere del empleo simultáneo de tres potencias de la persona: física, vocal y espiritual. Las cuentas favorecen la concentración de la mente.

Rezar el Rosario es como llevar diez flores a María en cada misterio. Es una manera de repetirle muchas veces lo mucho que la queremos. El amor y la piedad no se cansan nunca de repetir con frecuencia las mismas palabras, porque siempre contienen algo nuevo. Si lo rezamos todos los días, la Virgen nos llenará de gracias y nos ayudará a llegar al Cielo. María intercede por nosotros sus hijos y no nos deja de premiar con su ayuda.

Al rezarlo, recordamos con la mente y el corazón los misterios de la vida de Jesús y los misterios de la conducta admirable de María: los gozosos, los dolorosos, los luminosos y los gloriosos. Nos metemos en las escenas evangélicas: Belén, Nazaret, Jerusalén, el huerto de los Olivos, el Calvario, María al pie de la cruz, Cristo resucitado, el Cielo, todo esto pasa por nuestra mente mientras nuestros labios oran.


TESTIMONIO


LA FUERZA DEL SANTO ROSARIO
FFV- ELIZABETH ROSENTHAL
5/11/12
http://www.fefuerzavida.org/

Créalo o no. Era un amanecer de Septiembre de 2010. No sé si soñaba o realmente escuchaba el ruido de la puerta de mi dormitorio. Entre dormida y despierta traté de incorporarme; frente a mí claramente ví elevarse del suelo, un poco como sostenida en el aire, a una mujer de contextura mediana. Tenía la cabeza baja, el pelo corto peinado hacia adelante; me impactó la blancura de sus canas; vestía una camisa de dormir blanca estampada con florecitas azules estilo princesa.

Escuché su angustiosa voz “ N.N. no me desampare “ frotando mis ojos volví a mirar y ahí estaba, luego desapareció ; llena de miedo grité a todo pulmón queriendo salir de esa pesadilla. Levantándome de la cama fui al cuarto siguiente mi paciente dormía plácidamente.

Me vestí, corrí a la playa caminando al borde del mar, recé el Santo Rosario suplicándole a la Santísima Virgen que intercediera ante su Hijo para que mi mamá saliera de una depresión en la cual estaba sumida por 6 o 7 años.

Una semana más tarde viajé a mi país; llegué a visitarla a la clínica Psiquiátrica cuál sería mi sorpresa cuando me dijo: “le pedí a la Santísima Virgen que “ NN. No me desampare” .

Ubiqué a mi mamá en un hogar de religiosas que la colmaron de atenciones cariño y tranquilidad.

A la semana siguiente estábamos en la capilla rezando el Santo Rosario; en el tercer misterio mi mamá súbitamente se puso de pie, en voz alta dijo: “me siento bien, no me duelen los brazos, no me duele el alma, no me duele nada (como suele suceder a los deprimidos ) .

Desde aquel día constantemente su mejoría es notable. Lee, viaja, alega y exige. Volvió a ser la misma mamá de antes. Por eso hoy doy mi verídico y real testimonio.

Veneremos a la Santísima Virgen reconozcámosle su puesto como mediadora ante Nuestro Señor en la salvación de la humanidad.

La Virgen es templo del Espíritu Santo; llena de gracias y bendita entre todas las mujeres; como buena madre nuestra escucha las oraciones de sus devotos; si alguien se dirige a ella con humildad sin vacilaciones invocando su dulce y glorioso nombre, no se aleja dejándonos con las manos vacías.

Exaltémosla rezando el Santo Rosario por medio de ella llegaremos a Jesús. Glorifica